La primera columna de Jordanes: La Torre de Hércules de A Coruña


La actual Torre de Hèrcules, cerca de A Coruña, en Galicia.

En un artículo anterior hemos visto que el historiador romano Jordanes sitúa lo que hoy conocemos como Columnas de Hércules, que él denomina promontorios, en la Gallaècia y la Lusitània. En este artículo trataremos la columna, que él situa en la antigua Galicia.

Recordemos la cita de Jordanes:

Algunos colocan también, entre las islas del Océano, aquellos dos promontorios gemelos de Galliciae y Lysitaniae en uno de los cuales se observa todavía el templo de Hércules y en otro el monumento a Escipión (o Cipió). Sin embargo, dado que están unidos al extremo del territorio gallego, pertenecen más al gran continente europeo que a las islas del Océano.

Efectivamente, en la zona costa de A Coruña hay un promontorio que se eleva y se adentra en el mar con una edificación en lo alto, que hoy conocemos como Torre de Hércules (imagen superior e inferior). Este edificio hoy es un faro, y no un templo, como nos indica Jordanes. Un faro de 57 metros de altura y casi 1900 años de antigüedad. A pesar de que el edificio actual es una reconstrucción reciente, los académicos nos dicen que es el único faro romano que se mantiene en funcionamiento desde aquellos tiempos.

Se nos informa que la Torre de Hércules fue construida en el siglo II dC, por los romanos, como un faro de navegación encargado durante los reinados de los emperadores romanos Trajano o Adriano, pero hay quién piensa que es más antigua y fue edificada por los fenicios. Según indica la inscripción al pie de la torre, y las referencias documentales que hay sobre la ciudad de Brigantium (actual A Coruña), se revela la existencia de una luminaria ya en la época de Trajano, construida por Gayo Sevio Lupus, arquitecto de Aeminium (en nuestros días Coimbra). La actual torre es moderna, dado que Carlos IV mandó una reconstrucción completa de estilo neoclásico.

La referencia documental más antigua de un faro en la zona de esta Brigantium es del historiador de Tarraco (Tarragona), Pau Orosi (Paulus Orosius), del siglo IV dC. En su obra Historiae adversum Paganos (415-417) nos dice:

Secundus angulus circium intendit, ubi Brigantia Gallaeciae civitas sita altissimum farum et inter pauca memorandi operis ad speculam Britanniae erigit.
Traducción:

"En el segundo ángulo del circuito de circunnavegación de Hispania, donde está la ciudad de Brigantia, en Galaecia, un faro muy alto, erigido entre unos pocos monumentos conmemorativos, guiando hacia Britannia".

No se conoce con certeza cuál era el aspecto exterior de la torre en tiempo de los romanos. Pero después de las excavaciones arqueológicas realizadas en la base del edificio, se cree que contaba con un muro perimetral exterior y con una rampa o escalera de piedra que daba acceso a la plataforma superior. Tampoco se sabe con exactitud cuál era el coronamiento romano de la Torre, pero por los datos conservados tendría una planta circular acabada en forma de cúpula con un agujero en el centro, para la salida de la luz y del humo, que servía de guía a los barcos.

El núcleo interior, hoy conservado, tiene en planta una base cuadrada con cuatro vacíos interiores que se comunicaban dos a dos; en altura, se articulaba en tres pisos sucesivos y los vacíos estaban abiertos con vueltas de cañón. Posiblemente estos espacios pudieran servir, entre otras funciones, para guardar el material combustible que quemaríaen  la parte superior y también para el resguardo del personal de servicio en la Torre.

Supuestos restos romanos de la Torre de Hercules de A Coruña.

Nos dicen que en algún momento de su historia, el faro iba acompañado de una edificación o fortificación pero que, a causa de las disputas entre el conde de Traba y el arzobispo Xelmírez sobre la propiedad del mismo, su mantenimiento quedó abandonado y el edificio quedó medio enrunat.

Se sabe también que en 1553 se dictaron unas reglas contra el uso de sus piedras para proveer otros edificios y que el 1682 el duque de Uceda, capitán general de Galicia, encargó la restauración de lo que se conocía como Castelo Vello, dato que nos confirma que había un castillo o edificio.

Parece pues, que la Torre de Hércules se convirtió en castillo y en objeto de disputa entre los reyes y los señores eclesiásticos y nobiliarios. Entre los años 991 y 1126 la Torre estuvo, excepto algunos breves periodos, bajo el dominio de los obispos de Santiago de Compostela. Y ya sabemos que era costumbre de los católicos adulterar o eliminar todo rastro de templos paganos. Esto podría explicar la desaparición del templo al dios solar Hércules.

En esta época, nos dicen, en el lado este de la torre, enganchado a su muro exterior, existió una construcción rectangular de muros de piedra y dividida en dos aposentos. Las excavaciones arqueológicas realizadas ponen de manifiesto una gran abundancia de hogares y restos de cerámica y orgánicos que indican que tuvo que funcionar de cocina.

Esta dejadez le ocasionó la pérdida, entre otras cosas, de la muralla exterior. Este es un dato muy interesante, porque la edificación, fuera fortificada o no, de la cual hoy ya no hay rastro, podría haber sido el antiguo templo de Hércules.

La primera referencia conocida al faro, también llamado Faro de Brigantium, proviene de Istro Aético y de Paulus Orosius. Este último, en su Historiae adversum Paganos, escrita alrededor de los años 415–417 dC, nos dice:

Texto original:

Hispania universa terrarum situ trigona est et circumfusione oceani Tyrrhenique pelagi paene insula efficitur, huius angulus prior, spectans ad orientem, a dextris Aquitanica provincia, a sinistris Balearico mari coartatus, Narbonensium finibus inseritur. Secundus angulus circium intendit, ubi Brigantia Gallaeciae civitas sita altissimum farum et inter pauca memorandi operis ad speculam Britanniae erigit.

Traducción:

El conjunto de Hispania es, por la forma de su territorio, triangular y al rodearla el Océano y el mar Tirreno, se convierte en una península. Su primer ángulo, que mira a oriente, limitando con la provincia de Aquitania por la derecha y con el mar de las Baleares por la izquierda, se introduce en el territorio de los narbonenses. El segundo ángulo mira hacia Mistral, donde se situa Brigantia, ciudad de Gallaecia, que ha levantado, para iluminar la ruta de Britania, un faro muy alto, obra digna de recordar, como hay pocas.


La Torre de Hércules y el monumento del mítico rei galo-celta de Gallaècia, Breogán.

Se cree que A Coruña podría ser la población de Brigantium, que contiene el faro, y que estuvo habitada por los ártabros, una tribu de origen galo. También Ptolomeo la menciona en el siglo II dC. Los romanos llegaron entre los siglos II y V aC. y la villa empezó a crecer, especialmente durante los siglos I - II dC, cuando se construye la Torre de Hércules, para empezar a decaer a partir del siglo IV dC y, sobre todo, con las incursiones normandas, que parece que hicieron huir la población hacia el interior. 

La actual población de La Coruña recibió, en la alta edad mediana, el nombre de Faro, por influencia de la torre, y en 1208, se sabe que el rey gallego Alfonso IX refunda Crunia como su puerto: iuxta Turrim de Faro in loco quién dicitur Crunia, es decir, cerca de la torre del faro. A partir de aquí, la villa empieza un gran desarrollo mercante y pesquero.

Podemos comprobar en el mapa de la zona (imagen inferior) que, efectivamente, el faro de A Coruña se encuentra en un promontorio que se adentra en el mar en la zona más occidental de Europa. En este punto coincidiría con la descripción del cronista clásico Jordanes. La navegación de cabotaje, que es la que mayoritariamente se practicaba a la antiguedad, requería de faros como el de Hércules, que podría haber sido un punto importante, dado que señala el lugar donde acaba la Costa da Morte. Esta es una parte del litoral peligrosa y dicen que recibió su nombre debido al número importante de naufragios que se han producido a lo largo de la historia. Una zona expuesta directamente a la marea del Atlántico, con acantilados y fuertes corrientes, la peligrosidad de los cuales se ve aumentada con los temporales, que son frecuentes.
La Torre de Hércules indica el final de la Costa da Morte y los puertos seguros de A Coruña.

Aun así, hay que decir que el nombre de Costa da Morte también podría tener un sentido astral y religioso, y relacionar con el hecho que es la parte más occidental de Europa, junto con la villa de Finisterra al inicio, y por lo tanto, en donde se puede contemplar la 'muerte' del sol. Antiguamente se creía que el sol descendía cada día en el Océano en este punto y que su fuego se apagaba y entraba en el reino húmedo, oscuro y frío del inframundo.

Además, el Faro de Hércules también indica, a los navegantes que se dirigen a las Gàlias o a Britannium, que hay que girar las naves en dirección norte, si no se desea entrar a la zona de las grandes rías de A Coruña y de Betanzos, y poder enlazar así hacia El Ferrol y el Cabo Prioriño. Y finalmente, el faro también es una señal de la llegada a la zona de los puertos seguros que se encuentran después de pasar la Costa da Morte, donde los marineros hacían parada, descanso y reparación de las naves, si habían tenido un viaje difícil. Si la ruta era la opuesta, es decir, de norte a sur, el faro indicaría a los barcos el inicio de la Costa da Morte.

Templo a Hércules

Antiguamente, como nos recuerda Jordanes, debía de haber también en este emplazamiento un templo dedicado a Hércules, que acompañaría el faro y que permitía a los marineros que hacían parada agradecer al dios solar el haber podido superar las dificultades de la Costa da Morte o pedirle su protección.

La Torre de Hércules, de A Coruña, forma un promontorio que se adentra en el mar.

En todo caso, en esta zona hemos encontrado el promontorio y un faro documentado dedicado a Hércules, si bien no ha quedado rastro del templo que nos comenta Jordanes y que nos parece sugerir Paulus Orosius, cuando nos dice que el faro está entre monumentos conmemorativos. 

Además, hay indicios de una edificación anexa al faro, que podría ser este templo que echamos en falta. Por otro lado, tampoco tenemos ninguna indicación de que el mismo faro fuera un templo en tiempos pretéritos. Sin embargo, hay motivos para pensar que esta es, efectivamente, una de las dos verdaderas columnas de Hércules de Jordanes.


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